Resumen del informe “Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación”

Resumen del informe “Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación”

El Departamento de Proyectos Internacionales del INTEF publica el resumen del informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) titulado Reimagining our futures together: a new social contract for education. Este documento se publicó en el año 2021 y versa sobre las tecnologías digitales, el cambio climático, el retroceso democrático y la polarización social, y el futuro incierto de la esfera laboral.

Este documento, que se ha nutrido de un proceso mundial de consultas en el que han participado aproximadamente 1 millón de personas, insta a los gobiernos, las instituciones, las organizaciones y los ciudadanos de todo el mundo a preparar un nuevo contrato social en materia educativa que nos permita colaborar con el objetivo de forjar futuros pacíficos, justos y sostenibles para todas las personas.

Este informe se centra en las características de nuestra coyuntura histórica actual: la agravación de las desigualdades sociales y económicas, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el uso de recursos que sobrepasa los límites del planeta, el retroceso democrático y las tecnologías de automatización disruptivas. Estas múltiples crisis y desafíos que se superponen socavan nuestros derechos humanos individuales y colectivos, y han provocado daños para una parte de la vida en la Tierra. Así, aunque la expansión de los sistemas educativos ha creado oportunidades para muchos individuos, un gran número de personas debe conformarse con un aprendizaje de baja calidad.

Mirar hacia el futuro nos sitúa frente a una panorámica aún más sombría. Ciertamente, es posible imaginar un planeta en el que la educación de calidad es un privilegio de las élites, y en el que amplios grupos de personas no tienen acceso a los bienes y servicios esenciales. No obstante, ninguna tendencia es inexorable. Son muchos los posibles futuros alternativos, con transformaciones en diversas esferas clave. A continuación se exponen algunas de las nuevas disrupciones que ejercen repercusiones considerables para la educación:

  • El planeta está en peligro, pero la descarbonización y la ecologización de las economías están en marcha. En este caso, los niños y los jóvenes ya cumplen una función de liderazgo, exigiendo una acción real y reprochando a quienes se niegan a afrontar la urgencia de la situación.
  • En el último decenio, el mundo ha sido testigo de un retroceso de la gobernanza democrática y un aumento del sentimiento populista impulsado por la identidad. Al mismo tiempo, han prosperado la participación ciudadana y el activismo cada vez más activos que combaten la discriminación y la injusticia en todo el mundo.
  • Las tecnologías digitales encierran un enorme potencial de transformación, pero aún no hemos descubierto cómo hacer realidad sus numerosas promesas.
  • El reto de crear un trabajo decente centrado en el ser humano está a punto de tornarse mucho más complejo a medida que la inteligencia artificial, la automatización y las transformaciones estructurales cambian la configuración de los panoramas laborales en todo el mundo. Al mismo tiempo, cada vez más personas y comunidades reconocen el valor del trabajo de asistencia y cuidado y las múltiples formas en que debe brindarse seguridad económica.

Actualmente, la forma en que organizamos la educación alrededor del mundo no basta para garantizar sociedades justas y pacíficas, un planeta sano y un progreso compartido que beneficie a todos. De hecho, algunas de nuestras dificultades provienen de nuestra manera de impartir educación. Un nuevo contrato social para la educación debe permitirnos pensar de forma diferente sobre el aprendizaje y las relaciones entre los alumnos, los docentes, el conocimiento y el mundo.

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, el informe se enfoca en una serie de propuestas para renovar la educación. Estas propuestas se resumen en torno a los siguientes aspectos:

  • La pedagogía debería organizarse en torno a los principios de cooperación, colaboración y solidaridad.
  • Los planes de estudios deberían hacer hincapié en un aprendizaje ecológico, intercultural e interdisciplinario que ayude a los aprendientes a acceder a conocimientos y producirlos, y que desarrolle al mismo tiempo su capacidad para criticarlos y aplicarlos.
  • La enseñanza debería seguir profesionalizándose como una labor colaborativa en la que se reconozca la función de los docentes como productores de conocimientos y figuras clave de la transformación educativa y social.
  • Los centros educativos deberían ser lugares protegidos, ya que promueven la inclusión, la equidad y el bienestar individual y colectivo, y también deberían reimaginarse con miras a facilitar aún más la transformación del mundo hacia futuros más justos, equitativos y sostenibles.
  • Deberíamos disfrutar y aumentar las oportunidades educativas que surgen a lo largo de la vida y en diferentes entornos culturales y sociales.

Actualmente tanto la  humanidad como el planeta Tierra se encuentran en peligro;  y hemos de adoptar medidas consensuadas de forma urgente para cambiar de rumbo y replantearnos nuestros futuros. En el plano educativo, que desde antaño se reconoce como un importante motor que propicia cambios positivos, se nos plantean desafíos nuevos, urgentes e importantes.

Según la tesis fundamental del informe, a través de millones de actos individuales y colectivos caracterizados por su valentía, liderazgo, resistencia, creatividad y atención, cambiaremos de rumbo y transformaremos el ámbito educativo a fin de forjar futuros justos, equitativos y sostenibles.

Así pues, el informe se dirige a la promoción de un nuevo contrato social para la educación, en la medida en que esta puede considerarse un contrato social, esto es, un acuerdo implícito de cooperación entre los miembros de una sociedad de cooperar para obtener un beneficio común.

El punto de partida es, así, una visión común de los fines públicos de la educación. Este contrato consiste en los principios fundacionales y organizativos que estructuran los sistemas educativos, así como en el trabajo distribuido que se realiza para crearlos, mantenerlos y perfeccionarlos.

Durante el siglo XX, la educación pública buscaba esencialmente apoyar a la ciudadanía nacional y los esfuerzos de desarrollo mediante la escolaridad obligatoria de niños y jóvenes. Pero en el momento actual, en el que nos enfrentamos a graves riesgos para el futuro de la humanidad y la propia vida del planeta, debemos reinventar urgentemente la educación para que nos ayude a afrontar los retos comunes. Este acto de reimaginar significa trabajar juntos para crear futuros que sean compartidos e interdependientes. 

El nuevo contrato social para la educación debe unirnos en torno a los esfuerzos colectivos y aportar el conocimiento y la innovación necesarios para forjar futuros sostenibles y pacíficos para todos, basados en la justicia social, económica y ambiental. Y debe también, al igual que hace el informe, defender la función que desempeñan los docentes.

Este documento sugiere respuestas a tres preguntas básicas: ¿qué deberíamos seguir haciendo?, ¿qué deberíamos dejar de hacer?, y ¿qué debería reimaginarse de forma creativa? No obstante, las propuestas son simplemente un punto de partida. El informe es más una invitación a pensar e imaginar que un plan de acción. Estas cuestiones deben abordarse en las comunidades, los países, las escuelas y los programas y sistemas educativos de todo tipo, en todo el mundo. Establecer un nuevo contrato social para la educación es un paso fundamental para reimaginar juntos nuestros futuros.

Tienes a tu disposición el resumen las diferentes entregas del informe a continuación: