Aprender a mirar los datos con una nueva perspectiva.

Aprender a mirar los datos con una nueva perspectiva.

Tras la primera semana, en la que abrimos los ojos al poder de las analíticas de aprendizaje, llega el momento de ir un paso más allá. Esta vez, vamos a mirar de frente a algo que siempre estuvo ahí, a veces tan obvio que pasa desapercibido: las fuentes de datos que generan la vida educativa en nuestras aulas y centros. 

Quizá hasta ahora los datos te parecían simplemente las notas en un examen, la asistencia o algún registro puntual. Pero pronto descubrirás que la realidad es mucho más rica y compleja: hablamos de información que llega de las familias, de la interacción en los entornos virtuales, de los recursos del centro, del clima escolar, de los logros y también del bienestar emocional del alumnado. Cada dato cuenta una historia y todos, juntos, pueden componer un retrato más preciso de los procesos de enseñanza y aprendizaje. 

En la unidad 2: los datos en educación, aprenderemos a distinguir qué datos son valiosos, cuáles son accesibles y qué riesgos corremos si no los tratamos con cuidado. Exploraremos cómo convertir esa diversidad de fuentes en conjuntos de datos (datasets) útiles, limpios y respetuosos con la privacidad. Y es aquí donde entran en juego tres ideas clave: 

-Definir y categorizar datos educativos: entrada, proceso, contexto y resultados.

Integrar fuentes para obtener una visión más completa y realista.

-Preprocesar datos: limpiar, anonimizar y seleccionar lo realmente relevante.

Todo ello desembocará en nuestro reto de la semana: construir una infografía que muestre los datos de tu alumnado (ficticios, no reales), clasificarlos, valorar su relevancia y pensar en nuevas variables que podrían marcar la diferencia en su rendimiento académico. Será el primer paso para “poner orden” en ese océano de información que nos rodea.  

Este reto se organiza en un taller de coevaluación, lo que significa que no solo elaborarás tu propia propuesta, sino que también tendrás la oportunidad de revisar y aprender de las infografías de al menos tres compañeros/as del curso, enriqueciendo así tu visión y tu aprendizaje. 

Este camino no está exento de desafíos: los sesgos acechan y la privacidad es una línea roja. Pero, al mismo tiempo, es un terreno fértil para que la mirada crítica y pedagógica de los docentes haga florecer un uso justo, ético y transformador de los datos. 

La pregunta que guiará esta semana podría ser:
¿qué historias cuentan los datos de tu aula… y cómo puedes escucharlas mejor? 

Si todavía no estás inscrito/a y este tema ha despertado tu interés, puedes unirte al curso aquí.