El pasado martes comenzamos este viaje por el MOOC “Analíticas de aprendizaje y ciencia de datos en educación” hacia las profundidades de los datos educativos y, mucho nos tememos que, ya hemos tomado conciencia de las posibilidades que brindan estos enfoques en vuestros propios contextos educativos.
Rescatamos, para esta introducción, un célebre artículo de 2008 que hablaba de la “avalancha” de datos. En aquellos años, el volumen de información que habíamos almacenado, fruto de nuestras interacciones con la tecnología, era miles de veces menor que hoy. Los argumentos que exponía Chris Anderson (Wired Magazine) en aquel momento podrían haber sido objeto de debate, pero el tiempo no ha hecho más que cristalizar las predicciones en realidades: los datos hablan por sí solos.
Hemos visto como en el ámbito educativo, la creciente interacción con dispositivos y plataformas nos ofrece posibilidades sin precedentes. Fuentes de datos que, correctamente analizadas y explicadas, a través de las analíticas de aprendizaje, la minería de datos, y la pedagogía, pueden ayudarnos a mejorar nuestra práctica, conseguir que el alumnado aprenda más, y, en definitiva, la mejora de la escuela.
¿Cómo?
-Apoyando el desarrollo de habilidades y estrategias de aprendizaje permanente de los estudiantes.
-Proporcionando retroalimentación personalizada y oportuna a los estudiantes sobre su aprendizaje.
-Favoreciendo el desarrollo de habilidades blandas como el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la comunicación y la creatividad.
-Desarrollando la conciencia de los estudiantes apoyando el aprendizaje autorregulado y la metacognición.
-Buscando y proporcionando evidencias empíricas de las innovaciones pedagógicas.
Con estos objetivos, la puesta en práctica de técnicas de LA (Learning Analytics) y EDS (Educational Data Science) ha permitido llevar a cabo experiencias como las que hemos citado a lo largo de este bloque que termina: en Estados Unidos, en China, en Países Bajos, Finlandia, Alemania e incluso en Andalucía. La tecnología se ha democratizado, el uso de herramientas de IA está cada vez más al alcance de cualquier docente que quiera formarse: La próxima buena práctica podría ser en tu centro, o en tu aula, con tu alumnado…
¿Te imaginas?
Gracias por acompañarnos en esta unidad.