En el año 1985 se pone en marcha el primer proyecto institucional para la integración de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la enseñanza: el Proyecto Atenea. Desde entonces hasta nuestros días, se han desarrollado por parte de las administraciones educativas distintas iniciativas, planes y proyectos profundizando en dicho objetivo.
A grandes rasgos, se pueden establecer distintas etapas con características diferenciadas en este proceso. La etapa inicial, concretada en los proyectos Atenea y Mercurio para la introducción de los medios informáticos y audiovisuales en el currículo respectivamente, se desarrolla a partir de la aparición del ordenador personal y se prolonga durante una década. Una segunda etapa, a partir de 1995, está ligada a la aparición de Internet y, circunscribiéndonos al contexto español, se puede decir que culmina en el momento en que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte transfiere las competencias educativas a las once Comunidades Autónomas que hasta entonces gestionaba, en el año 2000. A partir de este momento los distintos planes de introducción de las TIC en la educación tienen componentes estatales y autonómicos. Desde el MECD se desarrollan convenios multilaterales de colaboración con otros Ministerios y empresas públicas: Industria, Red.es y con las Comunidades Autónomas, de forma que se aporta financiación estatal para complementar los prepuestos dedicados a las TIC en educación por estas últimas. El último gran reto de nuestros días es que el acceso a Internet con gran ancho de la banda esté disponible desde todos los centros escolares, sin importar su ubicación geográfica.
Los elementos estructurales de todos estos planes y proyectos han sido muy similares: mejoras del equipamiento informático y de las infraestructuras tecnológicas de los centros, especialmente la conectividad interna y hacia Internet; formación del profesorado para incorporar las tecnologías a la práctica educativa, antes realizada de forma presencial y ahora, sobre todo, en línea; y desarrollo de recursos digitales educativos para su utilización en el aula. En todos los planes se hablaba del cambio metodológico que las nuevas tecnologías disponibles por el profesorado debían propiciar y da la impresión de que esta cuestión sigue siendo un reto permanente. En el escenario actual, una vez que la banda ancha es una realidad en muchos centros y donde los servicios y plataformas educativas y las generalistas con aplicación educativa de las que se dispone en Internet son abundantes, es difícil imaginarse a ese profesorado de los años 80 y 90 del pasado siglo, pionero donde los haya, que, con ordenadores sin apenas interfaz gráfico ni disco duro, pero con iniciativa e ilusión, trataba de dar los primeros pasos en el aula de informática de su escuela o instituto con el empeño de mejorar la enseñanza que impartía. Reciban nuestro reconocimiento y agradecimiento.