Los emblemas digitales en el aprendizaje a lo largo de la vida: conversación abierta

Los emblemas digitales en el aprendizaje a lo largo de la vida: conversación abierta

¿Se convertirán los emblemas digitales o badges en la nueva forma de acreditar la competencia profesional?

Cuando hablamos de credenciales profesionales, hasta hace bien poco estábamos refiriéndonos a títulos, certificados, diplomas, acreditaciones oficiales, etc., pero los badges, o emblemas digitales, asociados a procesos formativos desarrollados en la Web, parece que se van haciendo un hueco en esta lista. Las nuevas modalidades de formación en red están proporcionando nuevas formas de evaluación y acreditación profesional que en algunos sectores están cobrando cada vez mayor importancia.

Pero empecemos por definir badge: símbolo o indicador de un logro, destreza, competencia o interés. Los badges o emblemas digitales son la evidencia de un aprendizaje adquirido en muy diversos contextos; dentro y fuera del aula, a lo largo de toda la vida, con carácter formal o no formal. Proporcionan a grupos de profesionales, empresas, comunidades, centros educativos, colaboradores y otros tipos de aprendices, una imagen del conocimiento, las destrezas y habilidades individuales de una persona; el camino que ha seguido para llegar a tener ese conocimiento, esas destrezas; la formación que tiene, las capacidades profesionales; en definitiva, lo que sabe hacer, aunque no esté acreditado de la manera “tradicional”, es decir, con un certificado académico impreso.

Parece que estamos al comienzo del camino, y queda mucho por recorrer. Sin embargo, se habla ya de un ecosistema abierto de badges (o emblemas digitales) que hará posible el reconocimiento de esas destrezas que uno adquiere de un amplio abanico de fuentes, pero que uno no puede demostrar con un “certificado oficial”. A lo largo de la vida, un aprendiz amplía su conocimiento y sus habilidades en las redes sociales, en comunidades de aprendizaje, en seminarios y claustros virtuales, creando un banco común de conocimientos; a través del e-learning, en la práctica diaria como profesional, mediante el diálogo colaborativo, enseñando a los demás y aprendiendo de los demás, compartiendo, etc., pero a la hora de moverse en según qué mercados laborales, si no cuenta con una certificación oficial que lo acredite, no puede demostrarlo. Vivimos en un mundo digital donde hemos de tener competencia digital, pero aún no se valoran suficientemente las acreditaciones digitales.

Puede que los badges o emblemas digitales vengan a llenar este vacío y se conviertan en un modo de acreditar todo lo que las personas aprendemos a lo largo de la vida, después de haber terminado nuestra educación formal, ya que hay muchas habilidades que no se adquieren cuando uno está sentado en el aula tradicional, sino en el día a día de nuestras profesiones y ocupaciones; o por necesidad, por curiosidad, por deseo, por inquietud, por interés en aprender y desarrollar competencias. Por otra parte, hay ya iniciativas que asocian determinados cursos de postgrado a emblemas digitales reconocidos.

Pero, ¿dónde almacenamos todos esos emblemas o badges que vamos adquiriendo a lo largo de la vida?

Para esto existe la Mochila de Mozilla, que además de almacenar nuestros badges, permite mostrarlos en portafolios públicos y organizarlos en colecciones categorizadas según las necesidades de cada profesional.

Acceder a la Mochila de Mozilla es muy sencillo; tan sólo es cuestión de registrarse conectando con Mozilla Persona (el sistema de identificación de usuarios) la cuenta de correo electrónico empleada en el sitio web desde el que se emiten los emblemas digitales, y entrar. Automáticamente uno puede llevarse el emblema digital adquirido a su mochila, visualizar los badges que ya le hayan sido otorgados, y las colecciones en las que los ha organizado, así como qué organización los ha emitido, cuándo, qué vigencia tienen, y en base a qué evidencias de aprendizaje han sido otorgados.

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Lo más importante no es solo que uno pueda tener todos sus emblemas digitales y colecciones perfectamente organizados, sino que podemos compartirlos como portafolio digital de cualificaciones profesionales en aquellos contextos que nos sean de mayor relevancia, ya que se trata de estándares abiertos y son certificados detallados y portables.

Son sin duda un valor añadido para cualquier profesional del S. XXI y serán cada vez más apreciados, en la medida que los currículos digitales cobren mayor importancia. Debemos, por otra parte, valorar su utilidad con fines de motivación y su gran potencial de uso asociados a descriptores de estándares de competencias, que las instituciones educativas podrían plantearse organizar mediante sistemas comunes con una serie de criterios acordados para su entrega.

Fuente imagen cabecera: https://blog.mozilla.org/blog/2013/03/14/open_badges/