Instantáneas para el aprendizaje conectado

Instantáneas para el aprendizaje conectado

Es indudable que todo lo que tenga que ver con lo visual y lo icónico en esta nuestra sociedad digitalizada de la Comunicación y de la Información tiene más posibilidades de ser compartido, reproducido y, por ende, asimilado por los ciudadanos digitales. Prescindiendo de la famosa cita “Una imagen vale más que mil palabras“, para ahondar en la temática podríamos mencionar los estudios y opiniones de expertos de marketing, profesionales de las telecomunicaciones, de la publicidad y de la educación (en inglés) sobre la fascinación que provocan las historias y las narraciones en el desarrollo de la psicología humana. Las narraciones, desde siempre, se han apoyado en el soporte visual (pensemos en los retablos de las iglesias con sus historias de la Biblia) pero es ahora cuando el poder de la imagen está cobrando cada vez más fuerza (véase la Narrativa Transmedia). Incluso las narraciones orales están de alguna forma vinculadas con la fuerza evocadora de las imágenes, estando éstas últimas estrechamente entrelazadas a las palabras que las comentan, ensalzan o cuestionan.

Dicho de otro modo, el poder de las imágenes es incuestionable no solo en el campo publicitario, cinematográfico y televisivo, sino también y sobre todo, en el ámbito digital, en el que plataformas como YouTube, Vimeo, Vine o Periscope y redes sociales como Flickr, Pinterest o Instagram (por citar sólo las más conocidas) viven de mover millones de imágenes estáticas o en movimiento entre otros tantos millones de usuarios.

La autora de esta entrada cree que los educadores también deberían explotar el inmenso potencial que ofrecen las imágenes en cuanto potenciadoras y evocadoras de emociones. Por este motivo, me centraré en el uso educativo de la red social con mayor proyección de estos últimos años, Instagram. Empecemos por describir el estado de la cuestión: Instagram tiene más de 400 millones de usuarios activos que suben cada día una media de 80 millones de instantáneas, publican millones de comentarios y dan otros tantos likes. Con estos presupuestos podríamos preguntarnos qué y cómo los docentes podemos explotar su potencial para adaptar un recurso que es un repositorio de imágenes de todo tipo, pero mayoritariamente selfis y tomas instantáneas, y usarlas para potenciar y mejorar la experiencia educativa de nuestros alumnos.

Instagram_logo.svg¿Cómo funciona Instagram?

Instagram es una red social que permite publicar fotografías (o vídeos) tomadas con el móvil o la tableta, aplicar efectos y filtros, interaccionar con otros usuarios a través del botón de like, los hashtags o los comentarios, activar la geolocalización y, finalmente, compartir las fotos en otras redes como Twitter o Facebook (a la que pertenece desde 2012). En su web, Instagram se publicita afirmando que es una red social que permite ver el mundo con los ojos de los demás.

¿Qué se puede hacer con ella?

A continuación explicaremos los motivos por los cuales consideramos que es un recurso inmejorable para desarrollar acciones didácticas 2.0 que involucren a los alumnos en un aprendizaje autónomo y significativo.

Hemos analizado el uso que los profesionales de la enseñanza hacen de esta red social y hemos notado que no tiene mucho recorrido como Pinterest, que se presta mejor a acciones de curación de contenido, pudiendo recoger las imágenes en tablones dedicados a argumentos y temas específicos de cada asignatura, metodología o acción didáctica. Sin embargo, últimamente, está siendo usada cada vez más para acciones de dinamización y facilitación de cursos online y MOOCs, en forma de concurso fotográfico, sobre todo.

Destacamos en este apartado las iniciativas del equipo de dinamización de los MOOCs Enseñar y evaluar la competencia digital (2ª edición, 2015) y Enseñar y evaluar las competencias básicas en matemáticas y las competencias clave en ciencias y tecnología (1ª edición, febrero 2016), con respectivamente, 62 y 271 fotos publicadas a lo largo de los retos #Cdigitalgramers#FotoSTEM, planteados, entre otros muchos motivos (como estimular la creatividad y mejorar la interacción entre los participantes), con el objetivo de compensar de una manera divertida e informal la carga horaria y de estudio que supone un curso de formación online de esas características.

Casos de buenas prácticas

Por supuesto, no podemos dejar de mencionar dos iniciativas muy destacadas. La primera es la de Pilar Munday y Adelaida Martín, dos profesoras de ELE que han lanzado el concurso #InstagramELE.

CapturaDesafioInstagramELEEn la página web Pensandoenele las autoras explican con más detalle en qué consiste el desafío, acción que el año pasado se ha granjeado un premio a la mejor práctica educativa basada en las nuevas tecnologías. A través de un cuestionario que permite elegir hashtag por cada uno de los días del mes, a los estudiantes de Español como Lengua Extranjera de todo el mundo se les anima a contribuir al calendario del desafío publicando una o más fotografías que ilustren el hashtag del día.

@desafioinstagramele, lanzado en 2014, acumula ya 28.394 imágenes publicadas desde todos los rincones del mundo por los estudiantes que se han sumado voluntariamente a esta acción formativa lúdica que pretende potenciar la competencia lexical de los estudiantes de ELE. Los objetivos que resaltamos de este proyecto residen, además de en la promoción de la competencia lexical, a través del uso activo de los hashtags y del análisis y reflexión sobre las estructuras morfosintácticas de la lengua (impulsadas por el uso de juegos de palabras, idiomatismos, frases hechas y giros), en el impulso a la dimensión intercultural, sociocultural y sociolingüística de la competencia comunicativa en la lengua objeto de estudio. Y por último, redunda en un mayor refuerzo de la motivación extrínseca al aprendizaje de idiomas.

VLCda16 AlumnesOtro ejemplo de buen uso didáctico de la red social es el World Mobile City Project, creado por Ramon Barlam y Vicent Ferrer, impulsores de la #Valencianada, un proyecto de geolocalización y realidad aumentada que este año ha visto a más de 14.000 alumnos del Levante apañárselas con el transporte público para llegar a monumentos y edificios representativos de sus respectivas ciudades. Los grupos de alumnos que se han desplazado el pasado 17 de febrero han llenado sus cuentas de Instagram de fotografías tomadas durante la jornada, haciendo que en pocas horas la Valencianada 2016 sumara 4.858 fotos publicadas entre los hashtags #wmcp16 y #VLCDA16.

En la mesa redonda virtual que se emitió el pasado 16 de febrero, algunos de los alumnos que participaron en el proyecto cuentan que fue una experiencia memorable, que les ayudó a entender mejor la historia y el arte de sus ciudades y a la vez les enseñó a desenvolverse con el transporte público y a planear en el más mínimo detalle acciones logísticas y organizativas complejas. El uso de Instagram, amén de ser un colofón lúdico a la actividad, revistió un papel importante en calidad de dinamizador, aglutinador de grupos y comunidades de aprendizaje (en el proyecto participaron muchos institutos de Barcelona, Valencia, Manresa, Alcoy, etc.) y, no menos importante, constituye una amplia base de datos fotográfica del proyecto.

Cuentas educativas

Finalmente, pasamos a analizar el contenido y las características de cuentas educativas institucionales o de profesionales de la educación para reflexionar sobre cómo las  usan y con qué finalidad. Tomando como ejemplo la de la Universidad Carlos III (UC3M, con 153 publicaciones) podemos aventurarnos a pensar que el objetivo principal es el de enseñar por dentro las instalaciones de la escuela, compartir el ambiente que se respira, documentar las actividades, los eventos y sus protagonistas, reflejar una imagen entre corporativa e informal, comunicando a la vez cercanía e inmediatez.

Si analizamos la cuenta de la docente Lisa Highfill (@lhighfill), podemos ver que la usa para enseñar su labor docente, informar de actos y eventos al que ha participado, lanzar proyectos y, sobre todo, para colaborar y desarrollar la comunicación con una audiencia real.

EoialcalaHay centros que apuestan por las redes sociales para crear comunidad: La Escuela Oficial de Idiomas de Alcalá de Henares abrió una cuenta en Instagram para lanzar un concurso fotográfico entre sus estudiantes con la intención de conectar con ellos usando sus mismos medios de expresión y con el objetivo de potenciar sus competencias socioculturales, invitando los alumnos a publicar fotos tomadas aquí que retrataran aspectos de los países y de las lenguas estudiadas (#Italiacañí, #Inglaterracañí, #Franciacañí y #Alemaniacañí).

Entonces, ¿para qué y cómo un docente debería usar Instagram en su práctica de aula? Desde aquí aconsejamos comprobar todas sus funcionalidades para poder planificar una acción formativa acorde con nuestros objetivos didácticos. Las modalidades de interacción y uso de la plataforma van desde crear galerías fotográficas para documentar actividades de aula o trabajos de los alumnos en sus distintas fases, hasta lanzar concursos fotográficos y contests. Una mención especial merecen los instarrelatos, modalidad híbrida de narraciones visuales que están siendo explotadas tanto por escritores y editoriales como por docentes y, por supuesto, los bookfaces (#bookfacefriday cuenta con 13.806 imágenes subidas), que experimentan de manera muy original con las posibilidades de composición fotográfica, superponiendo siluetas reales y portadas de libros (la cuenta de UAM_Biblioteca explota esta modalidad de montajes fotográficos entre sus 823 fotos).

Y, como no, las aplicaciones surgidas alrededor de Instagram también pueden ser investigadas para aprovechar su potencial como herramienta de aprendizaje y comunicación: crear vídeos con Flipagram, enriquecer mapas geográficos con Cartagram, hacer búsquedas y selecciones específicas con Regram.me o Repostapp, elaborar líneas de tiempo con Tiki Toki, etc.

Seguro que ya has pensado en algo original para tus alumnos. ¿Conoces otros ejemplos de usos de Instagram? ¿Nos los cuentas?

Paola Iasci (@paolaiasci1)