Mi estancia profesional ha sido las dos últimas semanas de abril en un centro de Primaria en Berlín (Alemania). Ha sido una experiencia muy gratificante y enriquecedora. Es un centro de hasta cuatro líneas por curso y está ubicado en una zona de alto nivel socio-cultural.
Lo que más llamó mi atención desde el principio fue la ausencia de ruido en comparación con los colegios en España, algo propio del país dentro y fuera de las aulas: las llamadas de atención a los alumnos se hacen mediante una campanita o similar; y las entradas del recreo son mediante una melodía.
Mi colega alemana es maestra de Inglés, como yo, y tutora de 2º de primaria. He asistido a clases de Matemáticas, Alemán, Inglés y Valores/Ética. Sus compañeros de ciclo y especialidad también se prestaron a que asistiera a sus clases, por lo que he entrado en todos los cursos de primaria. Esto me ha dado una idea general de cómo se trabaja en distintas asignaturas y niveles, ampliando el abanico comparativo y el marco de mi aprendizaje allí.
Me ha parecido muy curioso y motivador el uso que hacen de la mascota escolar, un perro de carne y hueso, en las clases de Matemáticas. También considero muy acertado el tiempo de los intermedios entre sesiones: quince minutos, haciendo las transiciones más distendidas para los alumnos y para los maestros, que tenían tiempo de ir preparando sus materiales para la siguiente clase con tranquilidad. En general, he percibido un ritmo más pausado y creo que esto revierte en el clima del aula y es beneficioso para todos.
En cuanto al alemán, he de decir que ha sido una ocasión estupenda para mejorar y poner en práctica mis conocimientos de alemán en un ambiente relajado y real.