Descubrir la educación de Malta desde dentro: estancia profesional en Gozo
Mi estancia profesional en Gozo, Malta, ha sido una experiencia intensa y enriquecedora que me ha permitido conocer de cerca otra forma de entender la educación, intercambiar ideas y descubrir nuevas perspectivas sobre la enseñanza de lenguas extranjeras.
El centro de acogida, un colegio concertado religioso y masculino, imparte Educación Secundaria en un entorno que combina tradición con apertura a Europa. Lo primero que llamó mi atención fue la estructura del sistema educativo maltés, que parte del modelo británico pero con matices locales: una fuerte presencia del inglés en la enseñanza, la religión como asignatura obligatoria, y una evaluación externa muy relevante al final de cada etapa.
Tuve la oportunidad de asistir a clases de distintas materias, desde inglés, literatura o lenguas extranjeras como francés e italiano, hasta español como lengua extranjera, una asignatura con una demanda mayor de la que imaginaba. Las sesiones que observé estaban enfocadas principalmente, debido a las fechas, a la preparación de los exámenes finales, lo que reflejaba una metodología algo más tradicional y académica que la que aplicamos en mi centro, donde apostamos por enfoques más activos, participativos y cooperativos. Por lo tanto tuve la oportunidad de impartir clase allí usando una metodología combinando mi metodología con la que observé.
Uno de los aspectos que más me sorprendió fue la abundancia de support teachers (ATEs en España), que acompañan a alumnado con necesidades específicas dentro del aula. Aunque su perfil profesional no exige siempre una titulación formal, cumplen una función clave por la alta demanda de apoyo educativo en el sistema. También me pareció muy significativo el uso generalizado de taquillas, algo poco habitual en muchos centros españoles, y la existencia de espacios como una gran cocina para trabajar la autonomía y las habilidades prácticas de los estudiantes.
Respecto al currículo de Educación Secundaria desde Form 1 hasta Form 5, lo que más me fascinó fue la cantidad de lenguas extranjeras optativas que se ofrecen y el nivel tan elevado de inglés que alcanzan al acabar la secundaria (C2).
Además de participar como observadora en varias materias, colaboré activamente en actividades extracurriculares, como un taller de cocina y tradiciones españolas, muy bien acogido por el alumnado, así como en una excursión a una ermita muy significativa para ellos, una jornada de desayuno español donde compramos y cocinamos churros con y para los alumnos, y otras propuestas fuera del aula. Esta dimensión informal fue una oportunidad excelente para conocer al alumnado en otros contextos y seguir fomentando el intercambio cultural.
La profesora Diana Gómez, responsable de la enseñanza de Español como Lengua Extranjera, fue mi principal referente durante la estancia. Su actitud generosa y abierta facilitó mi integración en el centro desde el primer día. Junto a ella, preparé actividades, propuse dinámicas y compartimos reflexiones sobre la atención a la diversidad, la organización del espacio y el uso de recursos para el aprendizaje.
Como parte del intercambio, el alumnado maltés conoció la región de Castilla-La Mancha y la ciudad de Cuenca gracias a una serie de presentaciones y juegos (kahoots, plickers, etc), que diseñé para despertar su interés por la cultura española y en concreto por la de la región de Castilla la Mancha y de Cuenca. Además, organizamos un intercambio de vídeos entre estudiantes de ambos países, lo que generó entusiasmo y motivación en ambas partes. De esta colaboración ha surgido el deseo de participar juntos en un futuro proyecto Erasmus+.
Agradezco especialmente al equipo directivo del centro su disponibilidad, y de forma muy especial a la profesora Diana Gómez. Animo a cualquier docente interesado en ampliar horizontes a participar en esta iniciativa. La estancia profesional es una oportunidad maravillosa para enriquecerse como educador, cuestionar prácticas propias, y construir puentes reales entre culturas y aulas.