Me llamo Encarnación Porcel Barreiro, y soy profesora de inglés de educación secundaria en Asturias. Realicé mi estancia profesional desde el 15 al 26 de abril de 2024 en el centro Kulosaaren yhteiskoulu, en Helsinki. Es un centro escolar urbano, ubicado en la isla de Kulosaari. Fue fundado en 1940 y ha tenido numerosas ampliaciones con el paso de los años. Tiene 53 “espacios de aprendizaje”, diferentes espacios para el estudio, biblioteca y sala de lectura, gimnasio con gradas, edificio de música con dos salas para ensayos y diversos instrumentos musicales, equipamiento moderno y recursos informáticos.
Es un centro privado de enseñanza bilingüe. Hay más de 1100 estudiantes: 560 en la “Middle School” (secundaria) y 550 en “Upper School” (bachillerato). Cada una tiene su propia Jefatura de Estudios. La plantilla cuenta con unas cien personas aproximadamente, entre equipo directivo y profesores. El director no da clase, es un gestor.
En cuanto al tipo de alumnado, en general provienen de familias de clase media. El perfil de la mayor parte de estudiantes es bilingüe. El centro tiene un marcado carácter internacional, con un variado contexto multicultural, prueba de ello es que entre profesores y estudiantes están representadas más de 40 nacionalidades. Por otra parte, hay intercambios de estudiantes con otros países, y visitas de profesores extranjeros, tanto europeos como de Estados Unidos.
La educación en Finlandia se estructura en grados: Ed. Primaria (Grados 1-6); Ed. Secundaria (Middle School: Grados 7-9); y el equivalente a Bachillerato (Upper School: Grados 10 y 11). En la escuela secundaria de este centro hay tres modalidades de enseñanza:
- a) Clases en finés: 90% de la enseñanza en finés y 10% en inglés.
- b) Clases bilingües (Inglés-Finés): 50% en inglés y 50% en finés.
- c) Clases en inglés (énfasis en Ciencias y tecnología): 80% inglés y 20% finés. Ofrece optativas como robotics, ciencia en el deporte, codificación avanzada, creación de prototipos, o gastronomía molecular.
Para acceder a las modalidades b y c es necesario hacer un test de ingreso. Los que viven en la localidad entran sin examen si eligen la modalidad en finés. Las clases duran 75 minutos, seguidas de 15 de descanso. El curso se divide en 5 períodos de dos meses cada uno, y los estudiantes cambian de asignaturas cada período. También cambian los horarios de los profesores cada dos meses.
Hay departamentos, pero se agrupan de forma diferente a los nuestros. Hay 8 departamentos y cada departamento tiene un jefe: Finés, Humanidades y sociales, Lenguas Extranjeras Middle School , Lenguas Extranjeras Upper School, Matemáticas y ciencias Middle School, Matemáticas y ciencias Upper School, Artes, y Educación especial.
Desde el centro se participa en diferentes programas de intercambio (con Francia, Italia y España), y hay colaboración con docentes americanos. Por otra parte, el centro desarrolla cuatro proyectos en los que participan los profesores. Tienen que ver con desarrollo de competencias para la vida; bilingüismo y CLIL; mejora de las destrezas docentes; y sostenibilidad y fomento del reciclaje.
En cuanto a la metodología, se planifican tareas que fomentan la creatividad, el pensamiento crítico, y la autonomía e independencia de los estudiantes. Respecto a la enseñanza de las diferentes lenguas que se imparten, dentro del marco bilingüe y plurilingüe, hay un enfoque eminentemente comunicativo. Se fomenta la interacción entre iguales, la cooperación y el trabajo en equipo. La tecnología está muy presente, ya que muchas actividades se realizan online, aunque la clase sea presencial. Todos los estudiantes asisten a clase con su portátil y la mayoría de libros están en formato digital. Además, en muchas asignaturas las tareas están en aulas virtuales y acceden a ellas en clase para realizarlas.
El carácter plurilingüe del centro es observable por la amplia oferta de idiomas. Entre las lenguas optativas que ofrece están el español, el alemán, el francés y el ruso, siendo obligatorios el sueco y el inglés. Entre mis intereses durante la estancia, estaba observar el enfoque CLIL para la enseñanza bilingüe y plurilingüe. Este objetivo fue ampliamente cubierto porque asistí a varias clases de enseñanza de lenguas extranjeras (principalmente inglés y español, aunque también estuve en clases de francés y sueco). Los/as compañeros/as finlandeses/as de español e inglés siempre me dieron la bienvenida a sus clases, propiciando que participara al inicio de las sesiones donde yo hacía una presentación de mí misma, de mi lugar de procedencia y explicaba en líneas generales cómo era nuestro sistema educativo. Después los estudiantes tomaban la palabra y me hacían preguntas en español o inglés, dependiendo de las clases.
También acompañé a profesores que iban a hacer guardia. Me explicaron que las guardias no son obligatorias. Al principio de curso los profesores dispuestos a hacerlas lo indican, y cuando haya una ausencia de alguien de su especialidad se les avisa para que vayan a dar clase. Esas guardias son consideradas horas extra y se pagan aparte.
Entre las cosas que llamaron mi atención durante la estancia destacaría la absoluta gratuidad de la educación (incluyendo el portátil que tiene cada estudiante y cada docente); el bajo nivel de burocracia que hay en los centros (ellos mismos lo consideran una de las claves de su éxito); el trabajo en equipo usando diferentes agrupamientos con los alumnos; el fomento de la autonomía y del pensamiento crítico en el alumnado; la autonomía de los profesores; la variedad de optativas; y la distribución y organización de espacios.
En el centro era patente que se da mucha importancia a los espacios abiertos. No hay límites en las clases. Los agrupamientos pueden cambiar. Hay paneles móviles, y dos clases se pueden convertir en una, con dos grupos y dos profesores trabajando juntos. Los espacios son acogedores. Hay sofás, sillones, bancos… distribuidos por todo el centro. En las instalaciones encontramos diversas aulas temáticas; un edificio de dos plantas con instrumentos musicales diversos, donde los estudiantes pueden ensayar; gimnasio con gradas; etc… Todo en conjunto hace del centro escolar un lugar cómodo y acogedor en el que apetece estar, tanto siendo docente como estudiante.
Como balance general diría que la experiencia de asistir a clases como observadora de un sistema educativo diferente es cien por cien positiva por todo lo que nos aporta (intercambio de diferentes puntos de vista y experiencias con otros compañeros docentes, establecer vínculos para colaboraciones futuras, observación de otras formas de trabajo, etc…). Por ese motivo, es necesario seguir fomentando estos programas.