Estancia profesional en Katajanokan ala-asteen koulu en Helsinki (Finlandia)

Estancia profesional en Katajanokan ala-asteen koulu en Helsinki (Finlandia)

Mi nombre es Luis Miguel Valverde Cortés, maestro de Primaria en un centro de Sevilla, y realicé recientemente una estancia profesional en el centro escolar Katajanokan ala-asteen de la ciudad de Helsinki entre el 3 y el 16 de marzo de 2025. Este centro escolar es un colegio público de primaria con poco más de 200 alumnos/as de edades comprendidas entre los 7 y los 12 años, situado cerca del centro de la capital finlandesa.

Desde el primer momento en el que pisé la escuela me sentí muy cómodo. Parte de ese sentimiento se debe a que la maestra de contacto del centro, Maija, me respondió a varias cuestiones de índole cultural en el centro, tales como el horario de las clases en el colegio o la regla no escrita de cambiarse de calzado antes de entrar en las clases (un hecho tan simple como estar en el colegio en zapatillas de andar por casa me hizo sentirme integrado a la par que cómodo en los desplazamientos por el colegio).

Respecto del día a día en el centro, las clases comienzan a las 8:30 y se imparten las dos primeras clases de 45 minutos de duración, siguiendo una pausa de media hora en el patio. A continuación, siguen las clases y se incluye el siguiente descanso para almorzar, por turnos, en el comedor del colegio. Las clases acaban a las 14:00. Es importante resaltar que el alumnado tiene una gran autonomía, puesto que desde 1º deben cambiar de clase, dependiendo de la asignatura que tengan en cada momento. Este movimiento de los discentes provoca que el tiempo efectivo de cada sesión sea de poco más de 35 minutos y este sea el tiempo que hay que planificar en cada sesión. La información de lo trabajado en clase y las tareas para casa deben ser anotadas por el profesorado en el sistema Wilma, de forma que el alumnado que no haya podido asistir a la escuela pueda continuar su formación en casa.

En cuanto al profesorado, se percibe la formación continua que poseen en la forma en la que enseñan los contenidos y la atención a la diversidad que llevan a cabo. En mi caso, he comprobado el interés de los docentes en abrir las puertas de sus aulas y permitirme entrar para poder ver in situ cómo trabajan con el alumnado. Mi contacto con el centro, la maestra de Español, se encargó de poner un horario en blanco en la oficina del colegio donde se reúnen todas las mañanas los docentes para que estos fueran anotando las sesiones que querían que yo viera y/o participara de alguna forma. El profesorado en general se ha mostrado muy cercano conmigo instándome a preguntar todo aquello que necesitara saber.

Un aspecto que me sorprendió, y que ya he indicado con anterioridad, es la gran autonomía que tiene el alumnado dentro del centro educativo, el cual se refleja en la necesidad desde pequeños de saber ubicarse dentro del edificio para encontrar el aula que le toca en cada momento. De igual forma, el alumnado tiene la posibilidad de abandonar el aula sin consultar al docente a cargo de la clase, por ejemplo, para ir al baño o poder trabajar en las mesas que se encontraban fuera de las aulas. De hecho, en parte de las sesiones el alumnado trabajaba en esos espacios, bien por voluntad propia o porque el docente dividía al grupo en dos niveles, caso de las clases mixtas (1º + 2º y 5º + 6º) donde las tareas eran diferentes.

Tal y como indica la normativa de la región educativa de Helsinki, el alumnado debe aprender desde el primer año de escolarización en el centro una lengua extranjera (L2) que, en este caso, es Inglés. A este idioma se suma la posibilidad de aprender una segunda lengua extranjera (L3) desde 3º: Español o Francés. Y, por último, se añade otra lengua extranjera más (L4), el sueco, desde el sexto grado. Por lo tanto, una vez el alumnado finalice su etapa en el colegio, se habrá expuesto a tres lenguas extranjeras, lo cual da cuenta de la capacidad de los finlandeses de poder aprender idiomas.

De entre las enseñanzas que he obtenido de esta estancia profesional, y a modo de consejo para futuras personas candidatas a participar en este proceso de selección, se encuentran las siguientes:

– Hay que ir con apertura de mente frente a una realidad educativa desconocida para poder ver la educación desde un punto de vista diferente al que vivimos en nuestro entorno. No todo es transferible a nuestro centro escolar, por ejemplo, que el alumnado vaya descalzo por el colegio o incluso se quiten los calcetines para hacer la sesión de Educación Física en el gimnasio, pero sí hay determinadas pinceladas de metodología, como la de las Matemáticas que muestran otra forma de enseñar que sí es aplicable en nuestras aulas.

– Se produjo un hecho que a nuestros ojos resultaría insólito plantear en el aula y es cómo la opinión del alumnado cuenta en el centro. Me explico: según me explicaron algunos docentes, el Katajanokan ala-asteen sufrirá una gran remodelación en el plazo de dos años y en una clase de 3º la tutora fue explicando al alumnado los espacios del centro a modificar y preguntó al alumnado cómo querían que fuese en cuanto a mobiliario y juegos del patio. Esta actividad se escapa de lo meramente curricular, pero da cuenta de cómo las opiniones del alumnado del colegio se tendrán en consideración para su remodelación, con el objetivo de que el nuevo centro sea tal y como ellos/as quieren. Este aspecto está en relación con el anterior y es poner el foco del proceso de enseñanza-aprendizaje en el alumnado.

– Resulta imprescindible mostrar interés por el día a día del centro sin juzgar ni comparar con las actividades que hacemos en nuestro colegio. La cuestión es pensar en la idoneidad de esas actuaciones en el día a día para poder transferirlas a nuestro centro educativo para mejorarlo. En mi caso, mi carácter y el acogimiento del profesorado del centro han hecho que mi experiencia en el colegio finlandés haya sido muy positiva.

– ¿Vienes a Finlandia para conocer la excelencia en el campo educativo? Debo decir que nuestro sistema educativo, si bien es mejorable, no es tan diferente del finlandés, al menos, a grandes rasgos a nivel de Primaria. En mi opinión, esperaba diferencias sustanciales en volumen de alumnado por clase, cantidad de recursos personales y metodologías desconocidas. Una vez estuve allí fui consciente de que lo que hace realmente diferente a Finlandia y sus resultados académicos es la formación del profesorado, el valor que da la sociedad a la educación y la mayor libertad que tienen los docentes finlandeses en plantear la educación con un currículum menos denso que el español en cada una de sus comunidades autónomas. Esto último da lugar al profesorado de enseñar con más calma y sin la presión de las familias, por un lado, y de la Administración, por otro.