Estancia profesional en Helenaskolan en Skövde (Suecia)

Estancia profesional en Helenaskolan en Skövde (Suecia)

He estado en un pueblo llamado Skövde en Suecia, en un Colegio de secundaria llamado Helenaskolan. En este centro los curso que se imparten son 7º, 8º, 9º.

Ofrecen alrededor de 15 asignaturas y no cuentan con actividades extraescolares. El horario es bastante flexible, dependiendo de las complementarias que cojan los alumnos. El horario oscila entre las 8:00 hasta las 16:00 horas.

Uno de los aspectos más característicos del centro es la cantidad de descansos entre clases, que pueden ser de 10, 20 o incluso 30 minutos. Durante estos descansos, tanto el alumnado como el profesorado tienen la oportunidad de relajarse o, estos últimos, dedicarse a programar las clases o hablar con algún alumno si hubiera algún problema.

El comportamiento de los alumnos es ejemplar: muestran un respeto máximo hacia los profesores y no hablan entre ellos durante las clases. Creo que esto se debe a dos motivos principales: primero, los niños están muy concienciados sobre la importancia de aprender y de su propio crecimiento personal; y segundo, porque los descansos entre las clases alivian la carga lectiva. La ratio de alumnos por aula suele ser de unos 25, aunque en ocasiones se supera ese número.

En cuanto a la implicación de las familias, esta varía en función del tipo de alumnado. Me comentaban que, en algunos casos, resulta muy difícil contactar con los padres, mientras que en otros, su implicación es total. Se reúnen con las familias una vez por trimestre, durante aproximadamente media hora.

Los estudiantes disponen de tabletas para realizar trabajos de investigación, y el profesorado cuenta con un ordenador portátil que se conecta a un proyector.
Los alumnos cambian de aula constantemente, al igual que los profesores, y tienen distintas asignaturas con diferentes compañeros, lo que favorece la integración y la socialización.

Las aulas eran grandes y espaciosas y tenían una clase pequeña de refuerzo unida a al aula principal, por si tuvieran que preparar cualquier trabajo y así no interrumpir al desarrollo de trabajo del resto.

A pesar de que todas estas asignaturas me parecieron excepcionales, la forma en que se enseña español me pareció bastante arcaica. La metodología se basa principalmente en la traducción, lo cual, en mi opinión, limita el desarrollo de habilidades comunicativas en el idioma. Sin embargo, también tiene cierta lógica, ya que en el examen estatal les piden realizar traducciones del sueco al español. Mientras que el nivel de inglés en Suecia es realmente destacado. Los estudiantes afirman que aprenden inglés principalmente a través de las películas, ya que no están traducidas al sueco y tienen los subtítulos en sueco. Muchos también practican el idioma con los videojuegos, y el colegio funciona como un refuerzo adicional en su aprendizaje.

En lo referente a la atención a la diversidad, algunos alumnos asisten a clases específicas en un aula aparte, aunque ocasionalmente se incorporan al grupo general.

Para fomentar la creatividad, ofrecen asignaturas como carpintería, corte y confección, y arte. Dedican 3 horas semanales de arte y una hora y media a las otras disciplinas. En muchos casos, estas asignaturas se integran unas con otras para reforzar los contenidos.

Helenaskolan forma parte del programa Erasmus+ y, este año, participaron en Cullera (España); una experiencia muy positiva tanto para estudiantes como para profesores. Están muy entusiasmados con los intercambios.

Si tuviera que hacer una comparación a gran escala del sistema educativo sueco con el español, diría que ellos se basan en un enfoque práctico de las asignaturas, y mientras que nosotros es mucho más teórico y los resultados académicos que tienen los alumnos son bastante positivos.

Ha sido una experiencia muy satisfactoria. Además de aprender el sistema educativo de otro país comprendes su forma de pensar su forma de actuar te impregnas de su cultura y te enriquece personalmente. En mi caso, al ser Suecia, el carácter era más reservado que el nuestro y mi vida social se limitó al tiempo de estar en la escuela. Pese a todo, me ha merecido la pena.