Estancia profesional en École Élémentaire Michelet en Toulouse (Francia)

Estancia profesional en École Élémentaire Michelet en Toulouse (Francia)

Hola, soy Pilar Caballero de Pro, maestra especialista en LE Francés en el CEIP. Torreteatinos de Murcia. Del 31 de marzo al 11 de abril de 2025, tuve la oportunidad de realizar una estancia profesional en el École Élémentaire Michelet de Toulouse (Francia), gracias al programa del Ministerio de Educación, FP y Deportes de España, siendo una experiencia valiosa, fuente de crecimiento personal y profesional que a todo docente recomiendo.

Desde hace años me mueve la inquietud de conocer otras realidades escolares que amplíen mi visión docente. Observar de cerca el día a día en un colegio francés me permitió conocer sus rutinas, sus retos y sus fortalezas, especialmente en lo relacionado con la etapa de Educación Primaria y la enseñanza de las Lenguas Extranjeras, campo en el que trabajo actualmente en la Región de Murcia.

El centro de acogida, ubicado en el centro urbano de Toulouse, cuenta con una Sección Internacional Española que promueve el aprendizaje del español y la cultura hispana. Acoge a unos 228 alumnos repartidos en 10 aulas, a 10 profesores y medio más la maestra española dependiente de nuestro sistema. A lo largo de mi estancia, pude colaborar activamente en distintas aulas, apoyar a docentes, observar clases de varias materias en los cinco niveles de la Primaria e incluso impartir sesiones de ELE o dinamizarlas. Una de las actividades más enriquecedoras fue precisamente participar en el día a día del aula, lo que me permitió contrastar la organización de aulas, metodologías, métodos y recursos con los que utilizamos en nuestro centro.

El sistema educativo francés se caracteriza por una fuerte centralización, ser obligatorio y gratuito desde los 3 a los 16 años, tener un comportamiento del alumnado más disciplinado (siendo el profesor la figura de autoridad principal) que en nuestro sistema, y una estructura algo diferente a la española. Por ejemplo, la Educación Primaria consta de cinco niveles (frente a seis en España), los horarios, en esta zona del país, están organizados en cuatro días y medio semanales en jornada partida; los maestros tienen peores condiciones económicas que los españoles pudiendo ser esto una de las causas por las que escasean el personal en todo el sistema galo; no hay maestros especialistas, el tutor suele dar todas las materias; las horas de enseñanza de las Lenguas Extranjeras en la Primaria son menores que en nuestro sistema. Una diferencia llamativa es que los docentes franceses siguen los programas de carácter nacional bajo una libertad metodológica total, sin necesidad de consensuar enfoques ni materiales entre compañeros paralelos, lo que puede favorecer la creatividad pero también provocar cierta disparidad pedagógica entre aulas del mismo nivel. El orden y estructuración del material de trabajo del alumno es muy preciso, así como la limpieza y claridad de la grafía del alumnado. A excepción del estuche y de su contenido, el resto de materiales del alumno los proporciona la Mairie (Ayto.).

Uno de los aspectos que más me impactó fue la escasez de recursos para la atención a la diversidad. En comparación con nuestro centro de origen, donde los tutores contamos en ciertos momentos con apoyos y/o con especialistas de PT y AL, en Francia los apoyos son más limitados y los alumnos con necesidades específicas o dificultades de aprendizaje reciben una atención menos especializada. Tal como decía una colega francesa: _ “Estos niños están incluidos en las aulas porque el sistema está trabajando en ello pero aún no están integrados”. Sin embargo, existen figuras como el AESH (acompañante de alumnos con discapacidad, no maestros sin formación especializada), cuya labor es fundamental (aunque no suficiente) al carecer en los centros de otros maestros que puedan apoyar a este tipo de alumnado. La escasa presencia de recursos tecnológicos para el desarrollo de la competencia digital del alumnado o la propia formación del profesorado también me llamó la atención porque nuestras leyes e instituciones no insisten mucho en ello. En nuestros centros públicos disponemos en la gran mayoría de ellos de red Wi-Fi, tablets, ordenadores muy actualizados, pizarras digitales de última generación…que complementan el proceso de enseñanza-aprendizaje, aunque aquí se abriría un debate en el que nos pudiéramos cuestionar si son imprescindibles o no para alcanzar un proceso óptimo de aprendizaje.

Durante mi estancia también asistí a reuniones del claustro y a encuentros con familias, que me ofrecieron una visión global del funcionamiento del centro, su organización y sus vínculos con la comunidad educativa. Además, surgió la posibilidad de establecer futuras colaboraciones entre centros, como proyectos eTwinning, Erasmus+, que podrían enriquecer aún más nuestras prácticas escolares.

Como cierre a esta experiencia, quiero agradecer al centro tolosano su apertura de puertas y cariño para recibirme en él, y destacar que volver a mi centro con la mochila cargada de ideas, aprendizajes y contrastes ha sido una de las mayores recompensas. Esta estancia me ha permitido tomar distancia y reflexionar sobre nuestras fortalezas y áreas de mejora como sistema en la que debe basarse en una educación abierta, colaborativa y en continuo diálogo con otras realidades.