Estancia profesional en Kilcoskan NS en Dublín (Irlanda)

Estancia profesional en Kilcoskan NS en Dublín (Irlanda)

Me gustaría comentar en este apartado algunas similitudes y diferencias que observé entre el centro educativo en el que hice la estancia profesional, en un barrio residencial de la ciudad de Dublín (Irlanda) y el mío, ubicado en un pueblo de La Rioja.

El centro de Dublín es muy pequeño, ya que sólo cuenta con 100 alumnos. Por lo tanto, los alumnos son agrupados por edades: todos los niños de infantil (Junior y Senior Infants), están juntos, los alumnos de primero y segundo también comparten aula y tutor, así como los de tercero y cuarto y los de quinto y sexto de primaria. En cambio, mi centro cuenta con 333 alumnos, por lo que los alumnos se agrupan en una sola clase, según su edad.

En el equipo directivo sólo existe la figura del director (Principal), que no tiene horas lectivas y no hay jefe de estudios; sí tienen una secretaria, pero no es docente, que hace las tareas de administrativa y conserje, pues se encarga del papeleo de las familias; de calentar y repartir los almuerzos calientes (hot lunch), que eligen las familias por internet y reparten después del segundo recreo; de llamar a las familias si un niño se pone enfermo en horario lectivo; etc. Una de las maestras sí queda a cargo del colegio (Deputy Principal) en el caso de que falte el director, pero no ejerce labores de dirección, ya que ella tiene que estar en su clase.

En cambio en mi colegio, además de con la directora, contamos con una secretaria y un jefe de estudios que sí son docentes y tienen horas lectivas.

Me llama la atención que no hay maestros especialistas de música, educación, física, religión, etc. Cada tutor imparte todas las áreas y está con sus alumnos durante todo el horario lectivo.

En España, sin embargo, existen maestros especialistas para todas estas áreas.

En cuanto a la formación de los maestros, me sorprende que durante el curso escolar éstos no hacen ninguna formación, ni el departamento de educación se lo oferta. La única opción es hacer cursos en verano, durante el mes de julio, de una semana, en cuyo caso se compensa con días no lectivos durante el curso escolar.

En La Rioja, en cambio, la Consejería de Educación está continuamente ofertando cursos de formación y fomenta que los maestros asistamos a estos cursos y nos reciclemos.

También me llama la atención el hecho de que el centro no cuente con una orientadora  o una psicóloga con regularidad, sino que hay una psicóloga que viene dos o tres veces al año a pasarles un test a los alumnos para hacerles un seguimiento; en caso de alumnos con necesidades especiales, el centro tiene que priorizar solamente a uno de ellos, ya que cada curso escolar sólo puede derivarse el caso de un alumno con la psicóloga. Los demás casos no son derivados, a menos que las familias decidan buscar ayuda de forma privada fuera del colegio y presenten un informe, en cuyo caso, se tendrá en cuenta a la hora de repartir los apoyos.

En cambio aquí, la figura del Orientador del centro es importante. De hecho, su labor es atender a alumnos y familias con dificultades de todo tipo para, entre todos, poner medidas y mejorar su aprendizaje y su situación en general.

Tampoco tienen maestra especialista de audición y lenguaje (speech and language), sino que las familias tienen que llevar a los niños con alguna dificultad a centros privados, por su cuenta. En La Rioja estos niños están atendidos dentro del colegio.

Los alumnos no estudian una segunda lengua, como francés o castellano. Solamente estudian irlandés (Gaeilge) y aunque no tienen todavía un currículo de irlandés establecido, sí cuentan con materiales que publican las editoriales y reservan 3 horas y media a la semana para impartirlo. En España sí estudiamos una segunda y hasta una tercera lengua.

En cuanto a los tiempo de descanso, hacen un primer recreo de 15 minutos, primero los de infantil y los de primero y segundo, a las 10.30; después los de tercero, cuarto, quinto y sexto, a las 10.45. Al entrar del descanso, los alumnos comen un pequeño almuerzo que traen de su casa, sentados en sus pupitres.

A las 12.15 vuelven a tener otro descanso de 30 minutos los pequeños del colegio y los mayores a las 12.45. Al entrar toman un almuerzo caliente (hot lunch), que calienta la secretaria en un horno muy grande. Esto está subvencionado por el gobierno de Irlanda.

Lo que más me gustó fue que los alumnos tuvieran dos periodos de recreo (no uno, como en España) y que los utilizaran sólo para jugar y no para almorzar, ya que almorzaban después sentados en sus pupitres. Por lo tanto, aunque las mañanas son un poco más largas, pues están de 9.00am a 14.40pm, frente a nosotros, que estamos de 9.00am a 14.00 pm, se les hacen mucho más amenas y llevaderas por cómo están organizadas.

Un aspecto que me interesaba mucho observar en el colegio es qué metodología utilizan para enseñar a los niños a leer y a escribir en inglés (literacy), ya que en mi colegio en La Rioja utilizamos el método phonics. Mi idea preconcebida era que se iba a utilizar esta metodología con la misma intensidad en Irlanda, pero me llevé una sorpresa al ver que sólo se utilizan los phonics en infantil, en concreto el método ‘jolly phonics’, pero de forma combinada con el llamado ‘whole-language learning’, en el cual, aunque los niños empiezan a leer primero decodificando sonidos de forma aislada (phonics), después leen palabras no decodificables de memoria, a base de mucha práctica, en casa con los padres y en el colegio de forma individual, con los maestros, y de forma conjunta.

En primero y segundo, y ya mucho menos en cursos superiores, no utilizan los phonics, sino que leen a base de mucha práctica, con el método llamado ‘whole-language learning’ y para escribir utilizan mucho el deletreo (spelling). El maestro les da pistas para que los alumnos sean conscientes de algunos patrones regulares, pero no se trata de algo sistemático. Me ha sorprendido este hecho, porque aunque todavía cometen fallos al escribir-no tanto al leer-, para cuando llegan a tercero, son capaces de tener una ortografía bastante adecuada.

Esto no ocurre con nuestros alumnos españoles, que necesitan más años de práctica de phonics y de whole-language learning para escribir correctamente.

La conclusión de estas dos situaciones tan diferentes para mí está clara: nuestros alumnos españoles no son nativos ingleses y no están expuestos a la segunda lengua tanto como los nativos irlandeses, cuya lengua materna es el inglés. Por lo tanto, su ritmo de aprendizaje de lecto-escritura no puede ir a la par, siempre va a ser más lento en el caso de los alumnos no nativos.

Me resultó también llamativo, por ejemplo, que en mi colegio hacemos dictados de palabras en inglés, aislando los sonidos, mientras que en el colegio de Irlanda, hacen esta tarea sólo en las clases de infantil (Senior y Junior Infants), mientras que a partir de primero de primaria, hacen los llamados ‘spelling tests’,  que son pequeñas pruebas en las que el maestro dicta palabras enteras sin aislar los sonidos.

En cuanto a las reuniones con las familias, se celebra una hacia el mes de febrero, en la que el maestro se queda toda la tarde atendiendo a todos los padres; en cambio, en La Rioja dedicamos un tiempo específico todas las semanas para atender a las familias poco a poco a lo largo del curso.

Un aspecto muy positivo del centro es su interés por mantener contacto con otras culturas, a través de programas europeos como el programa Erasmus, y que los alumnos sean conscientes de que existen otras formas de pensar y a otras lenguas.

MARÍA PAZ JIMÉNEZ LERENA